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Instituto de Pesquisas Energéticas e Nucleares

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Quienes somos


La Gerencia de desechos Radioactivos, GRR, del IPEN es uno de los centros de recepción dos desechos institucionales del país. Actúa como ejecutor de misión constitucional de la Comisión Nacional de Energía Nuclear de recibir y depositar los desechos radioactivos generador por las instalaciones radiactivas y nucleares de Brasil, de acuerdo con la Ley Federal 7781 de 1989. En ese contexto, es responsable por el recibimiento, tratamiento y almacenamiento de los desechos radioactivos generados en las aplicaciones nucleares en el Estado de São Paulo y región sur de Brasil, lo que representa, cerca de 80% de los desechos institucionales generados en el país. Además de esos, dependiendo de algunos factores, recibe también desechos de otros Estados brasileiros.

La GRR presta, también, un servicio esencial al funcionamiento de los laboratorios de investigación del IPEN y tiene realizado un papel importante en el desarrollo de tecnologías para la gestión de los desechos radioactivos y en la formación de personal calificado. Cuenta, actualmente, con 12 servidores, siete investigadores, cuatro técnicos, una asistente administrativa, además de becarios de postgrado y de iniciación científica.

Misión del Laboratorio


La Gerencia de Desechos Radioactivos tiene como Misiónpromover a la gestión segura de los desechos radioactivos generados en Brasil, dentro de los principios éticos de protección al hombre y al medio ambiente, hoy y en el futuro.

Historia


El gerenciamiento de los desechos radioactivos en IPEN se inició así que el reactor de investigaciones tipo piscina IEA-R1 comenzó a operar en 1958 y la primera partida de 131I fue producida.

En la primera década de funcionamiento del instituto, los desechos sólidos eran coleccionados en bolsas de papel kraft y polietileno de 40 L y gestionados dentro del esquema ‘almacenamiento para decaimiento y deposición in situ’ en zanjas simples. Los desechos líquidos de la producción de radioisótopos eran almacenados en botellas de vidrio para decaimiento y mezclados con las aguas servidas de los laboratorios para descarte en la red de alcantarilla. La baja actividad, los pequeños volumen generados y la media vida corta de los radioisótopos presentes permitían esa forma de gestión.

La segunda década fue caracterizada por la gran expansión y diversificación de las actividades de investigación y de producción. El IPEN pasó a contar con plantas piloto de conversión y reconversión de uranio, planta para fabricación de elementos combustible para el reactor de investigación, una planta de producción de nitrato de torio, laboratorios de reprocesamiento de combustible quemado, plantas para producción de fuentes selladas y otros laboratorios de aplicaciones diversas de tecnología nuclear. Esa expansión resultó en un aumento significativo en la generación de desechos radioactivos, sea en volumen, sea en actividad, y también resultó en la presencia de radioisótopos con media vida larga. En el final de la década, aquél método de gestión atingió su límite y necesitó ser modificado.

La deposición in situ de los desechos sólidos dejó de ser practicada en 1978 y comenzaron a ser planificadas las instalaciones para tratamiento y almacenamiento de los desechos de media vida larga. La instalación para compactación de los desechos sólidos entró en operación en 1982. En la imagen a seguir, se ve a esa instalación luego después al inicio de la operación. Era constituida de una área rodeada con un edificio para abrigar el compactador y la área de almacenamiento de desechos no tratados y de plataformas para almacenamiento dos tambores.


El compactador, con fuerza de 10 toneladas, permitía prensar a los desechos dentro de tambores de 200 L alcanzando un factor cinco de reducción de volumen.

Después de algunos años de operación, cobertizos fueran construidos para almacenar a los desechos tratados. Se ve en la imagen, a seguir, la instalación después la construcción de los cobertizos.


Un hecho que tuvo impacto importante en la gestión de los desechos radioactivos en IPEN fue el accidente de Goiânia, en 1987. En primero lugar, 80 metros cúbicos de manojos de papel y 20 metros cúbicos de chatarra metálica, contaminadas con 137Cs que habían sido trasladados para fábricas de reciclaje en cuatro ciudades del Estado de São Paulo, antes que el accidente fuera detectado, fueran coleccionados al IPEN. Esos desechos junto con los desechos generados en la descontaminación de las fábricas, triplicaran repentinamente la cantidad de desechos almacenados.

En segundo lugar, el accidente dio inicio a un amplio programa de inspección de las instalaciones radiactivas en el país, principalmente aquellas que contenían fuentes selladas, resultando en un ingreso progresivo de fuentes selladas descartadas como desecho.


En tercero lugar, el accidente precipitó la decisión sobre la prohibición de uso de descargadores radioactivos. En la fecha de la prohibición ya había alrededor de 75.000 descargadores instalados en el país, los cuales pasaran a ser coleccionados a una tasa de 1.000 a 2.000 por año, agrandando el volumen de desechos de media vida larga, en este caso, el 241Am.


Se suma a eso el hecho de que, a mediados de la década de 90, algunas instalaciones del IPEN comenzaron a ser desarmadas o reformadas, generando desechos sólidos no empacables. Ese aumento forzó a la adopción de una nueva concepción para las instalaciones de gestión de los desechos radioactivos. La idea fue concretizada en la forma de una unidad integrada en el que estaban previstas instalaciones para tratamiento de todos esos nuevos desechos. El edificio comenzó a ser construido en 1998 y fue terminado en 2002. En 2012 fue concluida la obra de reforma y ampliación de los depósitos de almacenamiento.

Así, la GRR cuenta actualmente, con un cobertizo de almacenamiento de insumos de 180 m2 (Cobertizo 1); un cobertizo para almacenamiento intermediario de fuentes selladas tratadas de 80 m2(Cobertizo 2); un cobertizo para almacenamiento inicial de desechos no tratados con 425 m2 (Cobertizo 3); otro cobertizo de igual área para el almacenamiento intermediario de los desechos tratados (Cobertizo 4); es un edificio para las unidades de tratamiento, personal y laboratorios (Edificio 5).


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Versão para língua espanhola: André Luiz da Paz, 2016

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